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Arquitectos: RoccoVidal Perkins+Will
- Área: 1100 m²
- Año: 2014
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Fotografias:Daniel Ducci
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Proveedores: Terreal
Descripción enviada por el equipo del proyecto. A Casa - Museo del Objeto brasileño es un proyecto desarrollado para ser la nueva sede de esta asociación sin fines de lucro, bajo la dirección general de Renata Mellao. El nuevo espacio podrá albergar un sector de exhibición, con interés en el objeto artesanal, semi-industrial o industrial, visto como una expresión cultural. Privilegiando la producción Brasileña, la mirada se puede extender a otros países para una mayor comprensión de la situación brasileña. No interesa sólo el objeto en sí, sino también el proceso y el contexto en el que se creó, se hace y se consume. También se interesan por la red de mediaciones culturales que hoy da poder y permite la socialización de las producciones culturales.
El terreno seleccionado para albergar este nuevo proyecto se encuentra en una zona privilegiada de la ciudad en la Avenida Pedroso de Moraes, cerca del Instituto Tomie Ohtake. Sin embargo, el terreno resultó ser un gran desafío para el equipo del proyecto; ubicado en una esquina, conecta la zona residencial del barrio de "pinheiros" con la zona comercial consolidada. Por otra parte, sus límites se asemejan a un trapecio, en un lado limita con una casa que con el tiempo llegó a ser la administración de la institución y en el otro con una pequeña plaza pública, un lugar en el que convergen dos caminos. A través de la municipalidad, los arquitectos lograron la autorización para incorporar esta área libre al proyecto del museo, eliminando cualquier obstáculo entre ellos y permitiendo una transición continua y única, como si uno fuera la extensión del otro. Con este fin, la paisajista Isabel Duprat utiliza una serie de recursos y soluciones para mejorar el paseo, destacando la extravagante flora existente en el lugar. El acceso a la plaza se produce a través de niveles secuenciales a lo largo de la trayectoria diagonal que conecta la esquina a la entrada del museo, mientras que la transposición transversal se da a través de una escalera dedicada para el tráfico intenso de la calle.
En el nivel peatonal se hace evidente otra solución natural del proyecto: vigas de hormigón forma de V con un hueco hacia el exterior del edificio. Estas vigas comienzan en la entrada principal del museo como bancos, y continúan hasta el final de la construcción dando soporte a los marcos de metal que giran. Sin embargo, estos paneles se mueven solamente junto a la entrada principal de la sala de exposiciones, mejorando así la circulación de aire y la iluminación de la zona. Por otra parte, los otros paneles permanecen fijos, ya que son responsables de la privacidad de la sala de exposiciones y su posible apertura se prevé sólo para el mantenimiento de las instalaciones que se ejecutan en el núcleo de la fachada. El sistema de insuflación de aire acondicionado por torres verticales, con toberas situadas en el pequeño entresuelo, permitió la optimización de los techos del museos, que hubiesen requerido una enorme losa de hormigón.
Dentro del museo, los arquitectos diseñaron una escalera metálica retráctil que conecta el piso de exposición con la planta baja, que puede servir para la extensión de las exposiciones como para eventos. La planta baja se puede acceder independientemente y opera a través de la entrada ubicada en Pedroso de Moraes.
